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  • milaleon03

Arizona y Nuevo México (día 7)


Último día de esta super semana. Nuestro vuelo parte en la tarde así que aprovechamos para visitar, unos kilómetros a las afueras de Phoenix, el sitio arqueológico Casa Grande.

Se trata de una construcción de adobe de al menos dos pisos de altura que servía, probablemente, para vivienda de una comunidad de indígenas del desierto de Sonora hace al menos 700 años. No se sabe aún con seguridad el uso que se le daba a este complejo. Aparte del edificio principal tiene ruinas de otras pequeñas construcciones alrededor, tiene canales de irrigación que parten de ahí y todo esa encerrado dentro de un muro ancestral.

Puede haber sido usado como lugar de encuentro, de refugio o de comercio. No se sabe. El sitio fue abandonado antes de la llegada de los españoles, probablemente por períodos de sequía. Hay que recordar que está ubicado en el medio del desierto.




Con muchas interrogantes nos retiramos para visitar el Museo de Arte Nativo de Phoenix y algo de la ciudad. Como dice el folleto, la intención del Museo es presentar la cultura y el arte de las poblaciones indias norteamericanas haciendo énfasis en las sutilezas que los distinguen. El espacio está muy bien curado y uno fluye suavemente de una exhibición a otra. Hay muestras de joyería con turquesas que son la piedra preferida en la zona, cerámicas de diversos colores y motivos distintivos, vestimenta, instrumentos y una colección inmensa absolutamente evocadora de Hopi katsinas.



Las katsinas son muñecos tallados en madera de álamo que representan los espíritus benignos que protegen a la población Hopi. Tradicionalmente las niñas reciben estas muñecas ceremoniales desde que tienen un año hasta los diez pero no son en realidad juguetes sino que sirven el propósito de enseñarles alguna particularidad de su cultura. La verdad es que son verdaderas obras de arte. Aquí hay cientos de ellas algunas datan de hace más de 100 años.

Nuestras últimas horas en esta parte del país la pasamos en Roosevelt Row, lo que se puede llamar el distrito artístico de la ciudad, tomando fotos a los murales de grafitis y disfrutando de una cerveza bajo el sol del desierto



Y ya es hora de volver a Atlanta.

Durante todo el viaje he estado explicándole a Sergio el significado de los dichos. Cosas como “al que madruga Dios le ayuda”, “más vale pájaro en mano que ciento volando”; hoy es un buen momento para enseñarle “el que mucho abarca poco aprieta”. Quisimos ver demasiado en muy poco tiempo! La verdad es que se necesitan al menos 4 días más para poder apreciar un poco mejor estas regiones. Además por el Covid nos quedamos con ganas de visitar los pueblos indios, la ópera de Santa Fe y algunos museos. Sobre todo faltó la vida de la calle que aún está muy restringida por la pandemia.

Este país es absolutamente extraordinario en la cantidad de lugares únicos por explorar, los parques nacionales, la diversidad de la fauna y flora, la variedad y diferencia en las poblaciones. Uno no puede dejar de maravillarse. Al mismo tiempo, en éste y los otros viajes que hemos hecho hemos podido percatar de primera mano la diferencia social que existe. En estos dos estados, por ejemplo, hemos visto población con muchos menos recursos que en los estados del norte. Al menos eso es lo que se ve en las viviendas, en los espacios públicos, en las ofertas culturales.

Siempre, sin embargo, un nivel de pobreza mucho más elevado que el de mis países.

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