Los mosquitos están ya activos desde la madrugada así que salir a dar un paseo mañanero es un reto. La única ventaja de estos bichos es que son más estúpidos que los que conocemos y son facilísimos de matar. Además, a decir verdad sus picados no duran mucho. Yo me las ingenio para hacer mi meditación junto al río mientras los otros duermen.
Hoy nos dirigimos a Chena Hot Springs a dos horas de camino, aun en la zona de Fairbanks. Paramos unos minutos para dejar cruzar -y tomarle fotos- a un puercoespín gigante y para echarle un vistazo al nido de águilas. Esta vez está la mamá protegiendo a los polluelos.
Más de la mitad del camino hacia las aguas termales es de tierra y no hay mucho que reportar.
El resort es grande y anticuado, absolutamente turístico, pero a raíz del Covid no tiene muchos visitantes. Me parece viejo y sucio. Tiene una piscina cubierta absolutamente repugnante pero afuera tiene otra rodeada de grandes rocas grises, sumamente agradable. El agua es tan caliente que es imposible permanecer más de cinco minutos sin sentirse mareado. Son las aguas termales más calientes que he probado jamás.
Salimos del agua tan agotados que fuimos a dormir una siesta en la RV -ya dije que esto de viajar en RV está muy bueno?- y a las cinco entramos al Museo del Hielo, ahí mismo en el balneario. Es una construcción de plástico estilo galpón a temperatura refrigerada. Adentro hay esculturas, un bar, ejemplos de lo que serían habitaciones de un hotel y, para mí lo más interesante: un iglú. Todo iluminado con luces LSD multicolores. Divertido para los niños, muy artificial para mi gusto aunque el Apple Martini en copa de hielo no estuvo nada mal.
Cuando nos alistamos para las dos horas de regreso Hendrik se percata que una de las llantas posteriores esta pinchada. (la RV tiene dos pares de dos llantas en la parte de atrás). No hay herramientas para cambiarla asique emprendemos el retorno a velocidad reducida.
De vuelta en el campamento de Rv, nuestra meditación del día, cena de pollo al champiñón con papas; una película y a la cama.
Cosas que me llaman la atención: Muchas familias son numerosas, tienen 5 a 6 hijos. Alaska es el único estado en el país y uno de los pocos lugares en el mundo donde desde 1982 cada año el Estado paga un dividendo a los habitantes de acuerdo al tamaño del hogar. La fertilidad en la zona aumento desde entonces. En el 2019 el cheque fue de $1600 por persona.
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