Nos levantamos a las 4:15 am pues el guía de Copper ….. nos recoge a las 4:30. Con el pescaremos nosotros tres y un señor más del mismo campamento. Nos lleva por un camino de tierra 40 millas al norte sobre el Rio Kutina. (Aprendemos que en el idioma nativo “na” significa aguas que corren rápido, es decir rio.
Siempre hemos oído que uno de los pasatiempos favoritos en Alaska es pescar pues los ríos tienen los mejores peces del país. Y como dice el dicho “cuando estas es Roma has como los romanos”, decidimos nosotros también experimentar este deporte.
Ponemos un barco de esos … y nos embarcamos 15 minutos de rafting en agua densa, turquesa-lechosa. El gua de deshielo es opaca por la cantidad de minerales que trae. NO es un rio pequeño, tendrá unos 30 metros de ancho y corre ligero, con mucha agua pero el guía es experto y sabe evitar todas las rocas con rápidos movimientos de los remos. El día consiste en 8 horas en que intercalamos algunas millas de rafting con paradas en las orillas o en bancos de arena llamados “huecos” porque son espacios del rio donde el agua es más clama y supuestamente preferida por los salmones.
Los salmones según aprendemos nacen en los ríos del interior, viven en esas aguas por aproximadamente seis meses y luego bajan al mar donde crecen y engordan. Cinco años más tarde remontan el rio contra corriente, con un esfuerzo formidable y vuelven al lugar de origen para desovar sus huevos. Los machos los fertilizan y luego ambos mueren. La historia nos pareció sumamente conmovedora y sentimos que era un pecado no dejarles llagar a culminar su única misión en la vida.
Quizá por eso es que no logramos que pique ningún interesado. Todd, nuestro guía, prepara las canas y nos explica que la carnada es huevos de salmón. Durante todo su trayecto rio arriba, estos animales, tan enfocados están en su objetivo que ya no comen. Los pescadores no esperan que los salmones piquen por hambre sino por agresividad, porque sienten que otros huevos son una amenaza para su propia descendencia y quieren deshacerse de la competencia.
En el campamento en la noche llega otro barco con 7 salmones inmensos, gloriosos. Supuestamente en Alaska y en otros estados solo se puede pescar un King Salmon por persona por temporada. El límite esta impuesto para permitir que los animales puedan reproducirse en cantidades suficientes. Esta noche, en el campamento ese límite, estoy segura no se respetó. Los tres pasajeros están orgullosos de su proeza del día mientras el guía empieza la tarea de limpiar los pescados. Me viene un profundo sentimiento de tristeza cuando con la mano saca los millones de huevos de cada una de las 5 hembras que agarraron ese día. Se me revuelve la vida, esta que se nos presenta exuberante, vibrante a cada paso que damos por estas tierras.
Pero como todo es un ciclo, decenas de gaviotas revolotean alrededor listas para agarra cualquier despojo. Varias águilas americanas también observan mas alejadas esperando el momento oportuno. Cuando este llega descienden poderosas, infalibles sobre su presa y sin siquiera detenerse remontan de nuevo vuelo. Son verdaderamente majestuosas.
Cosas que me llaman la atención: Al menos en la zona interior, la infraestructura de turismo es de término medio. No se ven las grandes cadenas de hoteles por ninguna parte, en las poblaciones que como hemos comprobado son extremadamente pequeñas, hay poquísimos restaurantes y de calidad discutible. Por todas partes hay campamentos par acarpas y RV que debe ser la manera mas extendida de viajar después de los cruceros, pero estos están, en general en malas condiciones, semi abandonados y sucios.
El 90% de los viajeros que comparten algún momento de este paseo con nosotros son de Alaska. Al parecer por el Covid, en vista de que no hay turismo exterior y de que las familias acá están recibiendo $600 semanales del gobierno, muchos se han decidido a conocer su propio estado.
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